Estado de Derecho frente a Mas.

Hace ya un par de meses que surgió el tema del cual hoy día se sigue hablando, tema que ocupa unos minutos en todos los informativos diarios con buenas nuevas. Se trata de la independencia, posible, de Cataluña. Aquí me dispongo a analizarlo política, jurídica y personalmente.

Lo primero es resaltar la importancia que tiene el asunto en el ámbito nacional, internacional y en la ciudadanía, especialmente catalana, por lo que me lleva a criticar a aquellas personas que no ven en estos hechos más que una simple algarabía, una simple manifestación de ciertas personas descontentas con una situación. Su reconocimiento tardío nos podría llevar a efectos más perniciosos en el caso de no atajarlo a tiempo y creo que es el momento de hacerlo.

Partimos de la base de aquellos ciudadanos catalanes que ven en este movimiento una dimensión histórica, como si hubiese un antecedente y fuese momento de que un Estado catalán soberano renaciese; termino mal utilizado ya que no puede renacer aquello que no ha nacido anteriormente y eso es así. Una Cataluña soberana de sí misma no se encuentra en ningún libro de historia como tal, sino como una región que pertenecía al Reino de Aragón. Tampoco luchó, a lo largo de su historia, por la independencia, en cambio sí que lo hicieron en contra de los Borbones, pero a favor de la continuidad de la Casa de los Austrias en la monarquía española. Es este suceso el que confunden algunos al celebrar la Diada.

En el ámbito de los sentimientos es posible que haya actualmente conciencia de pueblo en algunos, como demuestra el millón y medio de personas que acudió a la manifestación por la independencia en Barcelona, pero no olvidemos tampoco los que se quedaron en casa, miraron a otro lado o hicieron otras cosas. De todos modos en el tema de los sentimientos las palabras resultan inútiles puesto que es algo que reside en el corazón y no en la razón. Vayamos a la dimensión política.

Fue hace un par de semanas, quizá más, cuando a través de un amigo me enteré de la pregunta que Mas lanzaría a sus conciudadanos: ¿Desea que Cataluña sea un Estado propio de la UE? Pero querido, ¿cómo vas a preguntar primero si quieren ser Estado Europeo si es algo que tiene que ir tras la posible independencia y no antes, puesto que, aunque pertenecen a un Estado Miembro, en caso de secesión no heredaría esa condición? ¿Cómo vas a preguntar si quieren a Europa si no sois Estado para planteároslo? Con esa consulta popular Mas ya empezaría mal; algo semejante a construir una casa por el tejado. Al independizarse se formaría un Estado nuevo en el ámbito internacional, por lo tanto también nuevo para Europa. Añado otro dato para información de Mas: para iniciar las negociaciones, así como para, terminadas estas, producirse la inclusión en la UE se necesita la unanimidad del resto de componentes; ¿acaso España aceptaría? ¿Y Reino Unido? ¿Francia tal vez?

Con esto se demuestra que tras toda esta parafernalia solo hay intereses particulares, sectarios y para su consecución engaña a la ciudadanía catalana, como lo hace con la famosa consulta popular inconclusa, poco coherente e imposible.

No acaba aquí. Mas tampoco habrá informado a Cataluña de los perjuicios que traería salir de España y por consiguiente de Europa. Algún empresario listo seguro que no está dispuesto a pagar los aranceles que paga cualquier Estado No Miembro para comerciar con Europa, seguro que tampoco quieren verse desprovistos del derecho al libre establecimiento y circulación de los trabajadores que actualmente si poseen. ¿Y de las elecciones al Parlamento Europeo? ¿les cuenta algo el Señor Mas? Recuerdo que actualmente CiU por ejemplo tiene dos escaños en la Eurocámara. Poco le importará.

Solo les pido que piensen las cosas con mayor profundidad porque puede ocurrir la desgracia de que, nuevamente, no puedan pagar los sueldos a sus funcionarios y puede que ya no esté España ni Europa para suplir sus ineptitudes.

No me despido sin abordar antes lo que concierne al ámbito jurídico, y es que algunos ya sabrán que el Estado posee infinidad de instrumentos para parar la andadura secesionista. Solo espero que el gobierno y demás órganos legitimados los activen cuando sea necesario y apremie el interés general.

Todos habremos escuchado ya la posibilidad del artículo 155 de la Constitución aplicable al incumplimiento de las obligaciones, cuya lectura detenida recomiendo de no ser así, por lo que me centraré en otros de mayor calado.

Ante la eventual convocación a Referéndum se podría plantear un conflicto de competencias o un recurso de inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional, o por vía penal perseguir delitos de prevaricación y desobediencia.

Determina la Ley que la posible consulta popular debe hacerse siempre con la autorización del Gobierno de España, por lo que un Decreto desobedeciendo dicho precepto legal sería recurrible por vía contenciosa al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y como no, también ante el Tribunal Constitucional cuyo efecto con el simple hecho de la interposición del conflicto positivo de competencias o del recurso de inconstitucionalidad es la suspensión de inmediato del Decreto, lo que vendría de perlas. Pero es que también se podría actuar contra Mas por vía penal por firmar el Decreto por un muy probable delito de prevaricación. Y en caso de insistir se le podría acusar de desobediencia e inhabilitarlo para el ejercicio de la política.

Como ya vemos, numerosos medios son de los que gozamos en nuestro Estado de Derecho, y es que no somos conscientes de la importancia que tiene que un Presidente de una Comunidad Autónoma tire por la borda años de sacrificio para conseguirlo, con estas actuaciones muestra a la ciudadanía cual es su concepto de Estado de Derecho. A Cataluña le pediría que piense las cosas más fríamente, puede que un día no haya vuelta atrás y los perjuicios podrán ser monstruosos.

 

Manuel Gómez-Estévez.

Un rey es una persona que no teme nada ni desea nada.

Dice Luis María Ansón, columnista monárquico de ABC, que «las razones de la república las comprende cualquiera, las razones a favor de la monarquía hereditaria requieren un estudio riguroso, así como una considerable disciplina mental«. Y no le falta razón.

A simple vista, un sistema republicano entra por los ojos a cualquiera que se le hable de él y que le vaya a tocar pagarlo. Se habla de democracia, pluralidad, temporalidad definida, etc. A ningún contribuyente le hace gracia la monarquía hereditaria de buenas a primeras. Pero su estudio y análisis merece la pena, ya que desglosado con profundidad, podemos apreciar bastantes aspectos positivos de este sistema. Y a eso vamos.

Si hablamos de democracia, parémonos a analizar la figura de la monarquía y su función. Una elección democrática del Jefe de Estado, conlleva tintes partidistas y politizados. El voto del ciudadano, encasilla la figura e ideología del elegido, ya que pertenece a un partido político u otro. Es elegido democráticamente, pero se encarga de las relaciones internacionales de todos por igual. Un JdE republicano elegido democráticamente, se asegura su gobierno durante los años de su mandato en el mismo momento en el que es elegido. En cambio, un monarca debe asegurarse de contentar al pueblo, sin importar ideologías, ya que no ha sido votado. No tiene su puesto asegurado, ni ha sido elegido por todos, por lo que una mayoría podría cesarle si así lo quisiera. El puesto es vitalicio, pero no en cualquier condición. Un JdE republicano que vea peligrar su condición y puesto, se asegurará de mantenerse allí sea cuales sean las condiciones, optando por el beneficio propio, ya que puede ampararse en su elección democrática. En cambió un monarca, cuyo puesto es vitalicio a expensas de lo que decida el pueblo, se esforzará por hacer aquello que contente a los que deciden sobre su continuidad, en vez de por si mismo. Si seguimos hablando de democracia, el monarca es una figura representativo del Estado. Sin poderes, si hablamos de una monarquía parlamentaria. No dispone de poder para influir en la unidad o la situación del Estado si así lo deseara, a diferencia de un JdE republicano.

En el ámbito de las relaciones internacionales, función esencial de JdE, un republicano se encargaría de estas desde su condición politizada, cuando en realidad representa a todos por igual. Estas relaciones son inherentes (deben serlo) al gobierno de turno, y velan por los intereses del Estado (inversiones exteriores, comercio, etc). Todo ello es ajeno a la política, nos afecta a todos por igual, por lo que la figura que se encarga de gestionar y tratar estos aspectos, no debería influir con su ideología, sino con el interés general del Estado al que pertenezca. Para ejercer política, ya está el gobierno. De cara al exterior es preferible una figura no politizada.

Decía Schopenhauer que «la monarquía es la más costosa de todas las formas de gobierno«. Hablemos de eso. De lo que le importa y afecta de manera más directa al contribuyente: lo que cuesta una monarquía. Es sencillo. Las habrá caras, y las habrá baratas, pero igual que puede serlo una república, o incluso más barata. No es un argumento a favor o en contra de ninguna, sino que depende de cada una. Debe cubrir un sueldo para el monarca, el mantenimiento de su servicio y su familia, y sus viajes oficiales. Son muchas las absurdeces que se han dicho acerca de las aficiones del rey, o críticas a en qué se gasta el dinero. Su dinero, recuerdo. La contrargumentación es sencilla: si usted es un trabajador, y su jefe le paga las dietas y los viajes, es lógico que no deba gastarse ese dinero en sus aficiones. Pero su sueldo, por mucho que se lo de su jefe (nosotros), ¿le da derecho a decirle en qué tiene o debe gastárselo? Es absurdo. El hecho de que seamos los que pagamos la figura de la monarquía, no nos da derecho a decidir sobre lo que debe hacer un rey con su dinero. No es un «nosotros pagamos, nosotros decidimos».

No he enfocado el artículo a favor de la monarquía española, sino de la figura del monarca en general, pero a alguien había que tomar como referencia para este apartado tan materialista. Casualmente, somos los que menos motivos tenemos para quejarnos, según un informe de The Daily Telegraph (2011):

Coste de las Monarquías Europeas (en millones de euros):

Reino Unido: 48,6; Holanda: 39,6; Noruega: 28; Bélgica, 13,7; Dinamarca, 12,6; Suecia, 12,2; Luxemburgo, 8,7. España; 8,4.

Y aquello de que las repúblicas son más baratas, tampoco es que se de en Europa (también datos en millones de euros):

República de Italia: 235; República portuguesa: 18,3. Presidente Federal de Alemania: 39.

Como guinda al pastel, romperé una lanza a favor de nuestro monarca, que aunque cuestionado siempre por algunos (y ahora por más aún) por su vida privada y su familia, siempre ha dado la cara en su puesto de trabajo. Aquí una muestra: Visitas oficiales del rey Juan Carlos I.

 

Mario Hidalgo Platero.

Alimentación Pública, de todos y para todos.

Tiempos convulsos en el sistema alimentario, estos días los sindicatos han convocado 3 días de huelga de hambre por lo que creen ellos será un deterioro en la calidad alimenticia del país. “Alimentación pública de todos y para todos” gritan contra la reforma alimentaria de un gobierno conservador con tintes bastante socialdemócratas. ¿Qué quieren esos que se manifiestan?

Quieren que se mantenga intacto un sistema totalmente estatalizado, donde son los burócratas los que deciden donde, cuanto, que y como come la población  (produciéndose situaciones rocambolescas como que el ministro habla de españolizar y una consejera autonómica de catalanizar la alimentación de la población, por ejemplo).

Un sistema donde todo el sistema productivo de alimentos, tierras, puertos, plantas de transformación, transporte y supermercados son propiedad del estado, todas las personas que trabajan en cualquier parte de este sistema debe ser funcionario y los políticos lo usan como arma adoctrinadora. ¿Cuál es el resultado de este sistema? Como era de esperar España se encuentra a la cola de los países desarrollados en niveles de abastecimiento, calidad y variedad de alimentos.

¿Qué proponen los sindicatos y demás lobbys del sector para combatir esto?  Aumentos presupuestarios y por tanto nuevas subidas de impuestos, aludiendo a países nórdicos donde la calidad alimentaria es la primera de Europa y la fiscalidad más alta. Gran mentira pues los países nórdicos dedican menos dinero per cápita.

Entonces, ¿por qué tiene esos buenos resultados en los estudios comparativos los países nórdicos? La respuesta, el sistema es privado (aunque haya un porcentaje de supermercados de titularidad estatal, estos funciona como uno privado), cosa de la que nunca se habla. En Suecia los consumidores pueden elegir  el establecimiento en el que hacen la compra, en esas tiendas hay alimentos de todo tipo, calidad, cantidad y precio y siempre hay de sobra. Los agentes del sector compiten entre ellos para captar consumidores vendiendo el mejor producto al mínimo precio.

Además, los agricultores, pescaderos, ganaderos, cajeros, transportistas…no tienen que pasar años de su vida preparando unas oposiciones para ser funcionario estatal (con los incentivos perversos que conlleva el trabajo funcionarial). Simplemente entra a trabajar y si no es competente es despedido y si es bueno su sueldo aumentará ya que las demás empresas del sector competirán por tenerlo en plantilla.

En España sin embargo debemos hacer la compra de 9 a 14 a.m. de lunes a viernes y en el supermercado más cercano que nos diga el estado, sea esté mejor o peor (generalmente son todos igual de malos). Pero sin embargo la gente en estos días se pone camisetas verdes para defender el sistema público estatal, y ante las ideas de copiar el sistema alimentario nórdico la gente brama contra la privatización de algo tan básico como la alimentación, pilar del estado del bienestar y del progreso social. Se dice que de privatizar el sector habría gente que no podría pagarse la comida. Ante esta problemática la mejor solución sería dar un cheque canjeable por comida en el supermercado que se quiera a la persona cuyos ingresos no lleguen a un nivel determinado. Garantizando así la universalidad de la alimentación.

Como suelo decir “La alimentación es una cosa demasiado seria como para dejarla en manos del Estado”

Para una alimentación realmente de calidad hay una solución, el Cheque Escolar.

Juan José Suárez.

 

Papá Estado

Desde que nacemos, todos sufrimos una enfermedad fatal muy desarrollada en España: la dependencia del Estado. Un sentimiento de protección patriarcal nos invade y se nos inculca a base de regulación, subvenciones y demás ‘mamandurrias’, que diría Esperanza. Un Papá Estado que se inmiscuye en nuestras vidas y hace que las libertades, la autodeterminación y la autosuficiencia del individuo, se vean mermadas.

La regulación masiva es el ansia de poder materializada. Un Estado que grava impuestos excesivos sobre el tabaco, el alcohol, o la gasolina. Un Estado que te dice donde puedes o no puedes fumar. Un Estado que grava impuestos sobre algo tan básico para el desarrollo de un país como es la cultura. Un Estado que ejerce una regulación económica que no es comparable ni a la de un padre con su hijo adolescente. Y así un largo etcétera de innumerables ejemplos en los que Papá Estado se encarga de gestionar nuestras vidas y coartar nuestra libertad, como si fueran suyas.

Lo peor es que asumimos ese concepto de Papá Estado, y lo exigimos desde que tenemos uso de razón. El actual sistema que rige nuestras vidas facilita nuestro día a día, hace que el desarrollo de las nuevas tecnologías mejore nuestra calidad de vida, pero genera desigualdades, fruto de la acumulación de riqueza que a veces se produce en particulares. Lo comparto y lo defiendo, como liberal. Pero a mi juicio, se deben garantizar unos mínimos a todo el mundo para subsanar esas desigualdades derivadas de este sistema. Encargarse de fomentar y ser garante (única y exclusivamente) de derechos fundamentales de los que nadie puede carecer, sea cual sea su condición socio-económica, es competencia del Estado. Hablo de Educación, Sanidad, Justicia o Defensa, por ejemplo.

El problema es que desde la creación de las autonomías, el famoso ‘café para todos’, ha surgido en España una nueva clase social, corrupta y vividora: la clase política. Son los responsables de la excesiva regulación y el malgasto del dinero público. No forman parte de la Sociedad Civil, ya que sus privilegios y condiciones especiales los sitúan por encima del pueblo. Dietas, condiciones aforadas y sueldos excesivos son algunas de las características de la casta política. Y para colmo, son demasiados. Y para colmo de colmos, no suelen tener la preparación adecuada para el sueldo que perciben ni el cargo que desempeñan.

Todo esto ha generado una situación de compadreo, incompetencia, duplicidad de instituciones derivadas del enchufismo y la corrupción. Y el mayor problema, como ya comenté al principio del post, es que está pagado con nuestro dinero. Esto hace que la retribución del ciudadano sea cada vez mayor, y que se acuda a aumentar ésta cada vez que este sistema se tambalea. Un sistema que quieren seguir haciendo parecer sostenible, y no lo es. Y un sistema sostenible no es más que aquel que se encuentra en equilibrio entre los gastos que ocasiona y los ingresos que genera.

Con esto llegamos a las subvenciones, ayudas absurdas, sueldos astronómicos y dietas desorbitadas, antes comentadas. Suponen un gasto sin generar ningún tipo de riqueza. Frenan la economía, merman la competitividad, el trabajo, el esfuerzo y el mérito, desplazando la actividad económica privada: la verdadera fuente de riqueza de aquellos países con economía de mercado. Se encargan de impulsar áreas y proyectos con dinero público, sin más exigencia para ello que el buen ojo del político de turno. Crean vividores profesionales en todas las áreas, porque tristemente no hay un área en España sin subvención. Hipotecan a medio y largo plazo el gasto público del Estado. Y cuando llega la hora de los recortes y reformas porque llegamos al borde de la quiebra, nunca se toca aquello que de verdad desequilibra la balanza de la sostenibilidad, sino aquello que de verdad debe estar en la balanza de gastos (los servicios básicos). Por una sencilla razón: aquellos que se benefician de este gasto excesivo, son los mismos encargados de gestionarlo, asignarlo o eliminarlo. Esto hace que dejemos de tener ‘Estado del Bienestar’, para pasar a tener ‘Bienestar del Estado’ (y de aquellos que pertenecen a él).

¿Hasta cuándo?

Mario Hidalgo Platero

Nuestro querido Senado.

La atención se desvió sobre este asunto cuando en las pasadas elecciones generales un votante, estando yo en las mesas, al realizar su derecho político de sufragio renunció votar al Senado, y sí ejerciéndolo para el Congreso. Su razón fue que no creía en su utilidad, que estaba en contra de mantenerla por lo que no participaría en ese absurdo.

Son ya muchas las quejas que se oyen sobre el Senado. El tema lleva una temporada estando en el orden del día, por su cierta innecesariedad, y más en tiempos en los que hay que reducir gastos de allí donde se pueda. Se plantea entonces la pregunta : ¿Senado sí o Senado no?

Hace ya tiempo vi  un anunciado de la Vicepresidenta Soraya Sáenz de Santa María en el que informaba de que entre sus pretensiones estaba la de reformar nuestro sistema constitucional, concretamente la de dotar al Senado de funciones más igualitarias respecto a la otra cámara, que junto a ésta conforman nuestras Cortes Generales, el Congreso de los Diputados. Se plantea por lo tanto la candente cuestión de nuestro bicameralismo imperfecto y de cómo solucionar el descontento popular sobre dicha Cámara. Para ello es necesaria una breve lección de Derecho Constitucional que me dispongo a explicar.

Lo primero sería el comprender como nace el Senado, conocido como la Cámara Alta de las Cortes Generales. Como sabemos el sistema moderno surge de incesantes enfrentamientos y limitaciones recíprocas entre el monarca absoluto y los parlamentos, siendo con las monarquías liberales  del siglo XIX donde el Senado tiene el sentido de integrar un elemento esencial del Absolutismo como era la nobleza secular y el clero, esto en  el concepto liberal europeo. Es el modelo inglés de la Cámara de los Lores.

Pero en el sentido democrático americano ha sido diferente, observándose una mayor salud constitucional; aquí la segunda cámara aparece relacionada con la división en Estados, siendo un instrumento de representación de los intereses territoriales, que también participan en la voluntad de la nación.

En España el bicameralismo a lo largo de su historia ha sufrido una serie de peripecias en función de la Constitución del momento, y del gobierno, así mientras regía el modelo liberal progresista el Senado estaba formado de igual modo que el Congreso de los Diputados, en el modelo conservador sus miembros procedía de la designación regia. Nuestro constituyente de 1978 tiene en cuenta ambos sentidos determinando al Senado la “Cámara de Representación territorial” (69.1 CE), pero al seguir avanzando en su composición observamos que los Senadores de las Comunidades Autónomas son minoritarios frente al resto (Tan solo cada C.A elige uno y otro más por cada millón de habitantes), y que sus limitaciones frente al Congreso de los Diputados hacen que nuestro bicameralismo sea extremadamente imperfecto. (Véase en el nombramiento del presidente del gobierno (Art.99CE), la moción de censura (Art.113CE) aprobación del Referéndum (Art.92 CE), así como también puede levantar el veto del Senado en el procedimiento legislativo ( Art 87CE), etc…)En todas ellas la función del Senado es ninguna o casi ninguna. En definitiva, una cámara que lo que hace es secundar lo que hace la principal, la cual realiza las funciones importantes.

Pero lo que me interesa ahora es centrarme en el concepto de Representación territorial en pro de su posible modificación ya que  lo que entendí del anunciado de la Vicepresidenta del Gobierno fue que buscaban erradicar o al menos  suavizar su imperfección pero no modificar  su composición algo imprescindible, en mi opinión, pues si no es realmente una Cámara de Representación territorial  es inútil su existencia. Lo ideal sería por lo tanto que el Senado defendiese unos intereses territoriales quedando relegados a él todos aquellos partidos nacionalistas , alejados sin duda de la búsqueda del bien general del Estado obcecados en sus particularismos, y dejando al Congreso de los Diputados como la Cámara orientada a la consecución de los objetivos nacionales. Para ello , permítaseme una cita de Burke, que si bien ya antigua, es aplicable :

“El parlamento no es un congreso de embajadores de intereses diferentes y hostiles , intereses que cada uno debe mantener  en tanto que representante y abogado contra los otros representantes y abogados, sino que el parlamento es una asamblea deliberante de una sola nación ,con un solo interés , el del todo , en la cual no son los prejuicios locales los que deben orientarla , sino el bien general, resultado de la razón general del todo . Vosotros elegís un diputado , es verdad, pero cuando lo habéis elegido no es un diputado de Brístol , es miembro del Parlamento”. Burke

Por lo tanto queda patente la caótica situación de nuestro sistema bicameral cuya reforma urge. La solución es clara: Senado de verdadera representación territorial dejando al Congreso el interés general, limpio de regionalismos (opción que tampoco defiendo por el perjuicio al bien común de España) o adiós al Senado.

 

Manuel Gómez-Estévez.

¡Viva la República!

Tiempos de crisis atraviesan nuestro país, y a raíz de ello me viene a la mente una de las viejas aspiraciones de la izquierda en general: cambiar la forma política del Estado por una república. Y ahora yo me pregunto ¿qué república? Una república sería una forma de avanzar en nuestra democracia pudiendo elegir los ciudadanos de forma directa al jefe del Estado, no teniendo porque soportar una institución tan caduca en nuestro tiempo como es la monarquía, la cual a pesar del innegable papel que juega como símbolo y unidad de la patria y demás florituras está anquilosada y anticuada; o sin olvidarnos del enorme apoyo diplomático exterior que brinda a nuestro país; o el que ha sido a mi parecer  su principal aporte hasta la fecha, su apoyo total e incondicionado a la democracia el día 23 de Febrero de 1981. Pero volviendo al asunto de la república esta nos haría avanzar en democracia como ya he dicho, además de servir como bandera u objeto de cambio de la izquierda española, y de buena parte de la población joven en general que no entiende, simplemente el porqué de este vetusto órgano que es la monarquía.  La pregunta que hice anteriormente era ¿qué república? He ahí el dilema porque la izquierda en general, y digo por casos concretos partidos como Izquierda unida, y demás  organizaciones de la izquierda radical no parecen buscar una nueva tercera república sino una suerte de reedición de la segunda republica, de tan infausto recuerdo para gran parte de la población española de hoy, pues es bien sabido que esta republica hizo suyo como ningún otro régimen político lo había hecho con anterioridad el mito de las dos Españas, dividiendo al país entre izquierdas y derechas de tal forma que la guerra civil se convirtió en algo cuasi inevitable. Me pregunto ahora por el significado de la palabra república y esta palabra proviene del latín “res publica”, que significa cosa pública, pero realmente lo que república significa es sometimiento al imperio de la ley y a la Constitución, prueba de ello es que históricamente llegó a haber repúblicas con rey, pero eso es otra historia. Lo cierto es que en el imaginario colectivo izquierdista la republica es como una suerte de paraíso perdido, siendo la tercera república una especie de reedición de la segunda con los colores de la bandera de la segunda, en una  resurrección de la misma como si esta hubiese constituido un paraíso social y democrático, con plena obediencia a la ley, lo cual es rotundamente falso. Esta tan endiosada esta república que  miles de radicales de izquierda la ven como una panacea para todos los males del país. Ciertamente la versión de republica que la izquierda propone jamás sería aceptada por todo el electorado de derechas de nuestro país no ya por su apego a la monarquía, sino por sus recelos a la malograda segunda republica. La izquierda intenta volver a la misma con toda su retórica de origen marxista y de lucha de clases y con toda su anticuada parafernalia tricolor. Lo cierto es que para abrir un proceso constituyente y convertir nuestro país en la tan “ansiada” republica jamás se podría dejar de lado a tan grande masa social del país, masa social que no están precisamente entusiasmada con dicha republica, pero que quizá si lo estuviera  con una que respetase los símbolos tradicionales de nuestra nación caso es el de la bandera bicolor y el escudo en su integridad, bastando con suprimir la corona real. Ah!,  pero las izquierdas sociológica y política, sectarias como pocas otras jamás transigirán en estas minucias por lo que  a mi modesto juicio un nuevo proceso constitucional a día de hoy para cambiar la forma del Estado sería harto difícil de llevar a cabo, si no directamente imposible por el enorme consenso requerido para ello, además de los complejos requisitos constitucionales exigidos por el artículo 168 de nuestra carta magna. He aquí mi conclusión, república sí, pero una republica de carácter liberal y no una república de inspiración soviética, o de cualquier otro influjo marxista, influjo que parecía haber quedado sepultado con la caída del Muro de Berlín, pero que lamentablemente no acaba de desaparecer.

 

José Vera Martín

Más capitanes que indios.

La semana pasada,  María Dolores de Cospedal anunció en el debate sobre el estado de Castilla la Mancha una serie de propuestas que afectarían a su comunidad, y más concretamente, a su cámara parlamentaria. La secretaría general del PP ha generado una gran polémica con sus atrevidas propuestas, y ha llamado mi atención notablemente.

Su primera propuesta se basaba en suprimir los sueldos de los parlamentarios , sueldo que ronda los tres mil euros mensuales , para que de este modo pudieran dedicarse a su actividad profesional, mercantil o de cualquier otra índole, acercando la política a su verdadero concepto de servicio público, a su concepto de actividad desinteresada para alcanzar el bien común; no para que los diputados se vanaglorien.

No está mal la idea: otra forma de deshacerse de personas sin oficio ni beneficio que no se han dedicado a otra cosa en su vida mas que a la política, esperando de su partido un puesto en cualquier lista para poder chupar del bote. Basta ya de políticos profesionales,  el pueblo quiere y necesita ciudadanos de a pie, como tú y como yo, cuyo interés trascienda de lo particular. Hay que volver al espíritu de la transición, donde hombres que no se consideraban profesionales a sí mismos, transformaron España tomando decisiones que iban más allá de lo que a cada partido le gustaba individualmente. Algo que hoy día nos hace mucha falta. Necesitamos, por ejemplo, un sistema electoral de lista abierta  en el que los cargos electos sean responsables ante sus votantes y no ante la cúpula de su partido.

Otra de las propuestas consistía en reducir el número de parlamentarios, a cifras impensables y aunque sería una buena medida de ahorro, se podría perder en democracia. Tras esta reflexión inmediata al escuchar la medida, volvió a mi cabeza una idea que me ronda desde hace tiempo, y que he llegado a comentar a varios amigos: ¿Por qué no un parlamento reducido en el que cada parlamentario tenga voto ponderado según los resultados electorales? Si el Partido Popular tiene 185 diputados o el PSOE 110, ¿Por qué no se reparten todos esos votos entre menos diputados? Quizás la idea es un disparate, pero fríamente y con ciertas modificaciones podría funcionar. Es un sistema que  se lleva a cabo, por ejemplo en el Consejo de la Unión europea en función de la población: el voto de Alemania vale 29 mientras que el de Malta 3. En España sería igual, o algo semejante al menos, y siempre adecuado a una sana democracia. Podría nacer otra clase política aquí.

Con dicha noticia, surgieron numerosos titulares que dejaban caer la idea de que son los propios políticos los que  se consideran innecesarios. Sin embargo, no creo que sea así, de ningún modo; este servicio público es de extrema necesidad, más aun para nuestro sistema representativo. Lo que sin duda es innecesario es la cantidad de órganos y entes públicos que completan nuestra extensa burocracia, que es lo que les da de comer. Tenemos más políticos que Alemania con menor población ¿estamos locos?. Aún así, el problema no reside en ellos directamente, la raiz del problema está en el sistema que les da tantas opciones para que encuentren un «hueco» y su momento de gloria gracias a los abundantes organismos que componen el sistema, la mayoría de ellos inservibles y que llegan a solaparse e incluso cumplir funciones duplicadas.

Los políticos no son inútiles, sí lo son la gran parte de los entes públicos territoriales, diputaciones provinciales, un senado decadente, pedanías y, como no, comunidades autónomas, que se han pasado de la raya de la coherencia últimamente (embajadas, canales autonómicos, etc,) originando un problema serio para la unidad del país. Tener más capitanes que indios es nuestro problema.

Con “el café para todos” se han creado una serie de monstruos que devoran a España, a su creador, algo así como Saturno a su hijo pero a la inversa. ¿Cómo es posible que el estado negocie con estas una cifra de déficit?  ¿En qué lugar queda el Estado? ¿En qué cabeza cabe una estructura que no podemos pagar?

¿Qué decir del absurdo Senado? Sí, me refiero a nuestro bicameralismo imperfecto sobre el que ya escribí, una cámara que fagocita a la otra anulándola en funciones, haciendo que el eliminarla sea más económico que mantenerla.

En general, demasiadas Administraciones con sus correspondientes empresas públicas, organismos público territoriales, nóminas, dietas, coches oficiales y con ello, como no, los «enchufes», el modo de colocar a los camaradas del gobierno de turno, citando especialmente por su descaro el caso de los Consejos de Administración de las Cajas de Ahorro.

Todo esto es como un fruto envenenado, los políticos no son el problema, lo es la estructura que les da oportunidades haciendo de este, un modelo inviable, demasiado complejo e innecesario para la España actual.

 

Manuel Gómez-Estévez.

Desmontando el mito de la Diada Catalana.

Hoy, martes 11 de septiembre, es el Día Nacional de Cataluña, tal y como lo define el Parlament, reconocido por el Estatuto de Autonomía catalán. Es frecuente, como podrán ver en los telediarios, masivas marchas que recorren las calles, especialmente de Barcelona, enarbolando la Senyera y rindiendo homenaje a la estatua de un tal Rafael Casanova. Esta fiesta, imaginada como un día autonómico más dentro de España(cualquier región tiene el suyo)ha sido marcada por las demandas nacionalistas que aprovechan la denominada Diada de  l’Onze de Setembre para reclamar la independencia de Cataluña.

El lector se preguntará que efeméride se conmemora tal día como hoy para tanto festejo. Si bien la mayoría de las Comunidades Autónomas españolas tienen como día señalado aquel en que se aprobó su Estatuto, no es así en el caso catalán. La Diada conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas españolas fieles a Felipe de Anjou, el primer Borbón, el día 11 de septiembre de 1714, en el marco de la Guerra de Sucesión española. A simple vista, un homenaje bonito a un hecho histórico. Sin embargo, este hecho es conmemorado por los nacionalistas como un símbolo de la opresión de Cataluña, llegando a manipular la Historia para atender a sus demandas mintiendo sobre el hecho histórico y defendiendo que Cataluña se levantó contra el dominio español. Analicemos los datos:

La Guerra de Sucesión española

A finales del siglo XVII, reinaba en España Carlos II. Este monarca, último de la Casa de Austria en nuestro país, era apodado como “el Hechizado”, debido su lamentable estado físico y mental. Raquítico y enfermizo desde la infancia era estéril. Todo esto era debido a los casamientos endogámicos que la Casa de Austria venía realizando desde tiempo atrás. La cuestión es que el pobre Carlos no podía tener hijos. Y esto acarreaba un grave problema de sucesión a la Corona. Las potencias europeas intrigaron para imponer en el trono español a un candidato favorable a sus intereses, pues no olvidemos que la Monarquía hispánica poseía por entonces un enorme imperio, no solo en América, sino también en la propia Europa. En el año 1700, viendo acercarse su propia muerte, el Hechizado nombra heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y de su propia hermana. La esposa de Carlos II, Mariana de Neoburgo, apoyaba sin embargo al archiduque Carlos, su sobrino, que expresaba la continuidad de la Casa de Austria en el poder.

El 1 de noviembre de 1701, muere Carlos II y los acontecimientos se precipitan. Francia expresa su apoyo a Felipe e Inglaterra, los Países Bajos y Austria al archiduque Carlos. Estallará un conflicto internacional que además será una guerra civil dentro de la propia España. Para esto debemos analizar las características de la Monarquía española.

La Monarquía hispánica era un conjunto de reinos. A pesar de su unión efectiva dos siglos atrás en la persona de Carlos I, existían dos conjuntos diferenciados dentro de la Península: La Corona de Castilla y la Corona de Aragón, cada uno con sus propias leyes, Consejos y Cortes(Parlamentos). Además, dentro de la Corona de Aragón existían tres entidades: el Reino de Aragón, el Reino de Valencia y el Principado de Cataluña. Cada una poseía sus propias instituciones,  fueros y privilegios, bajo la persona del Rey. Siendo este Rey un Austria durante dos siglos, se había respetado estos viejos privilegios y esta especie de sistema federal. Sin embargo, la llegada de Felipe V al trono de España amenazaba todo este sistema. El centralismo borbónico era una realidad que ya esta dinastía había practicado en Francia. Y si bien en Castilla, peso fuerte de la Monarquía, no se vio mal este ideología centralista, si fue así en la Corona de Aragón donde vieron amenazados sus privilegios medievales. De esta manera, a pesar de que existían borbónicos en la Corona de Aragón, y austracistas en la de Castilla, la guerra civil en España fue especialmente Castilla contra Aragón. Es reseñable, por cierto, los casos vasco y navarro. Poseyentes también de instituciones y fueros diferenciados, apoyaron al pretendiente Borbón y este, en agradecimiento, mantuvo sus privilegios al final de la guerra. Por eso hoy aún siguen teniendo el concierto económico y toda esa parafernalia, aunque eso ya es otro tema del que no vamos a hablar aquí.

Pero volvamos a aquella España decimonónica. Por no entrar en extensas explicaciones sobre la guerra, solo decir que en 1711, a la muerte de su hermano, el archiduque Carlos es proclamando emperador del Sacro Imperio Romano(Alemania) y recibe Austria. Las potencias europeas que le apoyaban, temerosas  ahora de una unión hispano-germana, le retiran su apoyo y empiezan las negociaciones de paz. En 1713 se firma la Paz de Utrecht. De aquí solo destacar que aparte de reconocer a Felipe V como rey de España, se le cedía Gibraltar a Inglaterra. Y así hasta hoy.

Cataluña no se rinde

El archiduque Carlos se negaba a renunciar a sus derechos al trono. A pesar de que estaba en Alemania para ser coronado emperador y gobernar, deja a su mujer la emperatriz Isabel Cristina en Barcelona en calidad de regente de España. Cataluña, temerosa de la pérdida de sus fueros(ya habían sido anulados en Aragón cuando Felipe V entró en la región en 1707)intenta conseguir que se respeten en las negociaciones de paz, a lo que el Borbón se niega. Habiendo abandonado antes la emperatriz la ciudad condal las tropas austríacas se retiran, prometiendo antes a los catalanes que han llegado a acuerdos políticos, cuando en realidad habían entregado Cataluña a Felipe V. En esto se firma el Tratado de Rastadt, por lo que se firma definitivamente la paz y Carlos renuncia a sus pretensiones al trono español. Sin embargo, Barcelona, incomunicada, no se enteraría de este hecho hasta mucho después. Ante la desoladora perspectiva, las instituciones catalanas forman un ejército y toman una heroica decisión: una defensa numantina de Barcelona a favor de sus privilegios y libertades.

Sin embargo, esto en ningún modo puede ser considerado una declaración de independencia. En primer lugar, como ya hemos comentado, Barcelona aún no sabía de la renuncia al trono del archiduque Carlos, por lo que creía en la posibilidad de entronizarlo. En segundo lugar, el lema del Ejército de Cataluña era bien claro: “Privilegios o muerte”. Estos privilegios no eran otros que los que llevaban gozando desde tiempos medievales, y que habían seguido disfrutando dentro de España durante más de 200 años. Y por si el lector aún no se convence, reproducimos aquí el bando que publicaron los Tres Comunes de Cataluña, sus tres instituciones(la Generalitat, el Consejo del Ciento de Barcelona, y el Brazo militar de Cataluña)al pueblo de Barcelona el 11 de septiembre de 1714:

«Ahora oíd, se hace saber a todos generalmente, de parte de los Tres Excelentísimos Comunes, tomado el parecer de los Señores de la Junta de Gobierno, personas asociadas, nobles, ciudadanos y oficiales de guerra, que separadamente están impidiendo que los enemigos se internen en la ciudad; atendiendo que la deplorable infelicidad de esta ciudad, en la que hoy reside la libertad de todo el Principado y de toda España, está expuesta al último extremo, de someterse a una entera esclavitud. Notifican, amonestan y exhortan, representando a Padres de la Patria que se afligen de la desgracia irreparable que amenaza el favor e injusto encono de las armas franco-españolas, hecha seria reflexión del estado en que los enemigos del Rey N.S., de nuestra libertad y Patria, están apostados ocupando todas las brechas, cortaduras, baluartes del Portal Nou, Sta. Clara, Llevant y Sta. Eulalia. Se hace saber, que si luego, inmediatamente de oído el presente pregón, todos los naturales, habitantes y demás gentes hábiles para las armas no se presentan en las plazas de Junqueras, Born y Plaza de Palacio, a fin de que unidamente con todos los Señores que representan los Comunes, se puedan rechazar los enemigos, haciendo el último esfuerzo, esperando que Dios misericordioso, mejorará la suerte. Se hace también saber, que siendo la esclavitud cierta y forzosa, en obligación de sus cargos, explican, declaran y protestan a los presentes, y dan testimonio a los venideros, de que han ejecutado las últimas exhortaciones y esfuerzos, protestando de todos los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra común y afligida Patria, y exterminio todos los honores y privilegios, quedando esclavos con los demás españoles engañados y todos en esclavitud del dominio francés; pero se confía, que todos como verdaderos hijos de la Patria, amantes de la Libertad, acudirán a los lugares señalados a fin de derramar gloriosamente su sangre y vida por su Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España, y finalmente dicen y hacen saber, que si después de una hora de publicado el pregón, no comparece gente suficiente para ejecutar la ideada empresa, es forzoso, preciso y necesario hacer llamada y pedir capitulación a los enemigos, antes de llegar la noche, para no exponer a la más lamentable ruina de la Ciudad, para no exponerla a un saqueo general, profanación de los Santos Templos, y sacrificio de niños, mujeres y personas religiosas.
Y para que a todos sea generalmente notorio, que con voz alta, clara e inteligible sea publicado por todas las calles de la presente ciudad.
Dado en la casa de la Excelentísima Ciudad, residiendo en el Portal de S. Antonio, presentes los mencionados Excelentísimos Señores y personas asociadas, a 11 de Septiembre, a las 3 de la tarde, de 1714».

 

El resto es Historia. La Ciudad era tomada en ese mismo día. Tras la victoria, Felipe V anuló los fueros y las instituciones catalanas, así como los de toda la Corona de Aragón. Esta unificación legislativa, que responde a un proceso histórico occidental que finalizará con el liberalismo, es reseñada en los Decretos de Nueva Planta.

¡Un momento! ¿Y Rafael Casanova? Creerá el lector que me he olvidado de él, pero no ha sido así. Rafael Casanova es hoy uno de los “héroes nacionales” de Cataluña y es homenajeado como un héroe de la causa independentista, ensuciando su memoria. Muy lejos de la realidad. Rafael Casanova fue el Conseller en cap(consejero primero del Consejo del Ciento de Barcelona)y lideró el contraataque catalán durante la toma de la Ciudad, siendo herido en combate. La mentira nacionalista difundió que murió en combate. No fue así. Malherido, salió de Barcelona. Amnistiado en 1719 por Felipe V volvió a ejercer la abogacía. Fiel austracista hasta el final, mantuvo vínculos con los partidarios de la casa de Austria que quedaban en España, y tuvo vínculos con Viena. Se le atribuye la autoría de un panfleto austracista en 1736, con Felipe V ya muy asentado en el trono. Como ven, ninguno de estos datos incita a pensar que el amigo Casanova fuese un independentista , sino un español fiel al archiduque Carlos y a las tradiciones y fueros de su tierra.

 

Mañana veremos  miles de senyeras y de marchas a favor de la independencia, conmemorando este acto y a este hombre, que no representan más que otro triste capítulo de la Historia de España. Una cruenta guerra civil, nuevamente entre dos Españas, como en el 36. Esta vez, la España fiel a Felipe de Anjou y la España fiel al archiduque Carlos. La España innovadora que traía las nuevas corrientes políticas e ideológicas de Europa, y la España fiel a las tradiciones, los fueros y los privilegios históricos incluidos en un sistema federal que vio la era más próspera de nuestra Historia. ¿Cuál era mejor? ¿Se merecía ganar de verdad Felipe V? Cada uno de ustedes, y yo mismo tendrá su opinión. Ahí podemos entablar cientos de debates. El único debate que no podemos entablar es si Cataluña luchó o no por su independencia, porque el peso de la Historia demuestra así que no. Lástima que tanto manipulador y borrego hayan hecho necesaria la publicación de este artículo para esclarecer conceptos.

 

Pablo Enrique Sosa Giraldo.

 

Podéis visitar mi blog, que regento con un amigo: http://sombras-bohemia.blogspot.com.es/

Muchas gracias.

Hablando de monstruos.

Hace unos días, una voz tan familiar como dulce me despertó más temprano de lo que me gustaría…”tita, tita, dehpiehta, a jugá”. Y cuando vi a mi sobrino de dos años mirándome con esos ojitos tan bonitos desde los pies de mi cama, me acordé otra vez de las palabras de Rosa Regás. Y no, mi sobrino no tiene ninguna malformación, ni ninguna enfermedad de ningún tipo, está sano como deberían estarlo todos los niños si este mundo fuera justo. Pero, ¿saben qué? Que si alguno de mis sobrinos fuera uno de esos “monstruos” de los que habla esta señora (por llamarla de algún modo) lo querría exactamente igual,  y daría las gracias cada día, porque sus padres hubieran decidido querer a su hijo, fuera como fuese.

El corazón de mi sobrino comenzó a latir a los 22 días tras su fecundación aproximadamente, como el de todos, pero desde el momento de la misma, su ADN era totalmente diferente al de su madre. De hecho, desde el principio, los fetos (llamados cigotos durante los 4-5 días que siguen a la fecundación) intercambian señales químicas para evitar ser rechazados por el organismo materno, es como una primera llamada de auxilio, la primera señal de la dependencia: la necesitan para vivir. A las doce semanas, en una ecografía 3D, vi sus pies, sus manos, sus deditos, vi como se retorcía en el vientre de su madre, vi su nariz y su boca, y como se le estaban formando las orejitas. Observé con lágrimas en los ojos como se volvía, como si supiese que lo estábamos mirando, y nos enseñaba su trasero casi con gracia. A las doce semanas de embarazo, hacia ya mucho que lo queríamos pasara lo que pasara. Si hubiera tenido cualquier malformación, ¿sería acaso menos humano? ¿Tendría menos dignidad o menos derecho a vivir?

Esos monstruos de los que habla Rosa Regás, son tan humanos como tú, que estás leyendo este artículo, y como yo, que lo escribo indignada con todos aquellos que se sienten con poder suficiente como para hablar con desprecio de a quienes se les ha concedido el don de la vida a pesar de su enfermedad.

Hace tiempo leí un artículo, de un abogado padre de una niña de siete años con espina bífida en una zona más inusual (y por lo tanto, algo más grave) de lo normal. Este respondía a un cirujano que como argumento a favor del aborto por el supuesto de malformaciones, alegaba que dar vida a seres humanos con malformaciones solo supondría un mayor sufrimiento para ellos mismos y para sus padres. Este padre, le respondía así: “Como abogado de familia he conocido niños con depresión crónica por culpa de la separación tormentosa de sus padres, que arrastran una existencia triste y sufriente. Como sufren más que mi hija y sus hermanos, ¿los eliminaría?

Y en cuanto a la familia, fíjese si el sufrimiento no es tan extremo como usted dice que después de su nacimiento hemos tenido otros dos hijos, señal de que el cuidado de nuestra hija no nos ha supuesto trauma ninguno.”

Cuando realmente, un ser humano, por las circunstancias que sean no puede vivir, suele darse un aborto natural, y no provocado. Pero todo embrión que pueda nacer, tiene derecho a hacerlo, porque si su malformación permite que llegue a este mundo vivo, significa que se le está brindando la oportunidad de superarse a si mismo, y de vivir con dignidad, y nadie tiene derecho a robársela. No se tratan de enfermos llanamente, son seres humanos como los demás, en “otra de sus variantes” como también he leído por ahí. No tienen por qué vivir encerrados en un centro, ni ajenos al mundo que les rodea. Tienen que vivir una vida lo más normal posible dadas las circunstancias, sin ser discriminados por gente como usted.

¿Vamos a convertirnos en el Hitler del siglo XXI afirmando que determinados “monstruos” no merecen vivir? A este ritmo, señora, solo le falta el bigote. Es indignante de veras que personas a las que se les ha dotado (supuestamente) de todas las capacidades necesarias para razonar hablen de otros seres humanos, y aún peor, en su nombre, de este modo. Que estos seres humanos defiendan la muerte de sus semejantes, opinando sobre la tristeza que arrastrarán, los problemas que acarrearán, y los monstruosos que serán, sin darles si quiera la oportunidad de conocer el mundo en el que han sido concebidos, eso sí que es un crimen.

¿Acaso porque  otros países como Francia permitan el aborto en estos casos, actúan correctamente? Dejen de ponernos etiquetas a quienes simplemente creemos en la vida, y defendemos a los que no tienen voz para defenderse por si mismos. Y dejen de hablar de nosotros como si fuéramos simples justicieros que vamos juzgando a los demás, porque se equivocan. Yo, al menos, nunca juzgaré a una mujer que aborte, por dos razones principales: porque no soy nadie para hacerlo y porque bastante pena podrá llegar a acarrear ya esa madre. Sin embargo, querida “escritora” de aquel artículo tan desafortunado, a usted, sí me permitiré decirle algo: si alguien como usted, que ha hablado como si fuera un monstruo, ha tenido derecho a la vida, ¿por qué no iban a tenerlo todos los seres humanos independientemente de su estado?

La sociedad en la que vivimos necesita un cambio. Tenemos que dejar de ver a los enfermos como simples discapacitados. Son seres humanos, diferentes en algunos aspectos, pero igual de diferentes que pueden ser una chica rubia y una morena. Este modo de ver a los discapacitados, como tal únicamente, es cosa del pasado, prueba de ello es la gran cantidad de actividades y proyectos que pretenden conseguir lo que ya deberíamos ser desde hace mucho: una sociedad en la que las personas discapacitadas dejen de ser simplemente eso para pasar a ser personas con diferentes necesidades, mayor  capacidad de superación y sobre todo, igual dignidad. El cambio está en nosotros, en nuestro día a día, fulminando con argumentos y ejemplo el planteamiento monstruoso, por emplear sus propias palabras, de personas como Rosa Regás.

María José Riego Ramos.

JULIAN ASSANGE: ¿ÁNGEL O DEMONIO?

Si a alguno  de nosotros nos hubiesen preguntado hace un par de años por Julian Assange no hubiésemos sido capaces de identificarlo, pero hoy y debido a los últimos acontecimientos que rodean su vida ha adquirido fama mundial. No sólo por ser el fundador de Wikileaks  sino también por los delitos que se le imputan.

Debemos tener en cuenta que su vida anterior a la fundación de Wikileaks es  casi un misterio, no sabemos con certeza en que año ni donde nació. Aunque fechan su nacimiento en 1971 cerca de Queensland, Australia. Sí sabemos que estudió física y matemáticas en la Universidad de Melbourne hasta 2006, fue hacker y programador antes de asumir su actual cargo como director, asesor y redactor jefe de Wikileaks.

Hasta hace un año Assange había tenido el reconocimiento de la sociedad internacional por su labor como periodista de investigación y su afán por denunciar violaciones de los Derechos Humanos en todo el mundo.  Entre estos , se encuentran premios tan importantes como “Amnesty International UK Media Award” (2009) y el “Sydney Peace Foundation Gold Medal“ de la Universidad de Sydney . Llama la atención que otros galardonados con esta premio hayan sido personas tan influyentes como Nelson Mandela, Tenzin Gyatso, Dalai Lama, o Daisaku Ikeda. L a importancia de su labor ha llegado tan lejos que ha sido nombrado la segunda persona mas importante del año 2010 por la revista TIME. Incluso, y aunque pueda resultar sorprendente llegó a estar nominado al Nobel de la Paz por el Parlamento Noruego en 2010.

Wikileaks fue creado en 2006 aunque previamente Assange ya había registrado la web Leaks.org en 1999. Antes de estar en el punto de mira mundial Wikileaks, había puesto el dedo en la llaga publicando documentos como los que demostraban el saqueo económico que había sufrido Kenia a manos de su presidente  Daniel Arap Moi. También filtró datos personales y correos electrónicos de la gobernadora de Alaska y candidata a la vicepresidencia de EE.UU, Sarah Palin. Pero su verdadero salto a la fama fue en julio de 2010 cuando filtró más de 90.000 documentos militares confidenciales sobre la guerra de Afganistán, comprometiendo así al gobierno de Estados Unidos.

A partir de ese momento comienza lo que sus defensores denominan el  “acoso y derribo” a Julian Assange.  Australia, su país natal, le da la espalda, y en agosto de 2010, tan sólo un mes después de las comprometidas filtraciones es acusado en Suecia de varios delitos de agresión sexual. Cuando la fiscalía sueca ordena su detención Assange se refugia en el sur de Inglaterra, donde es finalmente arrestado el  7 de diciembre de 2010 por la policía metropolitana de Londres en cumplimiento de la orden de búsqueda y captura internacional emitida por los tribunales suecos.  Dos meses después es puesto en libertad, aunque el 24 de febrero de 2011 un juez británico concede la extradición de Assange a Suecia. Tras 413 días de arresto domiciliario la extradición de Assange se hacia inminente por lo que se refugia en la Embajada de Ecuador en Londres, el 19 de Junio de 2012, provocando no sólo un gran revuelo internacional sino también un conflicto diplomático.

Finalmente el 16 de agosto la República de Ecuador concede a Assange asilo político, apoyando su decisión en varios argumentos:

  1. Que Julian Assange es un profesional de la comunicación galardonado internacionalmente por su lucha a favor de la libertad de expresión y de los derechos humanos en general;
  2. Que la evidencia jurídica muestra claramente que, de darse una extradición a los Estados Unidos de América, el señor Assange no tendría un juicio justo, podría ser juzgado por tribunales especiales o militares, y no es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante, y se le condene a cadena perpetua o a la pena capital, con lo cual no serían respetados sus derechos humanos;
  3. Que, si bien el señor Assange debe responder por la investigación abierta en Suecia, el Ecuador es consciente de que la fiscalía sueca ha tenido una actitud contradictoria que impidió al señor Assange el total ejercicio del legítimo derecho a la defensa;
  4. Que el Ecuador ha constatado que el señor Assange se encuentra sin la debida protección y auxilio que debía recibir de parte del Estado del cual es ciudadano.

En la actualidad Julian Assange sigue recluido en la embajada Ecuatoriana en Londres, mientras que la situación político-diplomática cada vez se hace más tensa. Por una parte Suecia no deja de presionar para que se le extradite, y el gobierno inglés se niega a conceder el salvoconducto, entre rumores de un posible asalto ilícito a la Embajada. Tenemos que recordar que las inmunidades y privilegios diplomáticos tienen por finalidad sustraer ciertos locales, la misión diplomática (embajada) y ciertas personas, como agentes diplomáticos o asilados políticos a la autoridad y jurisdicción del Estado en que aquella está situada y en el que estos ejercen sus funciones, según la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.

Recientemente Baltasar Garzón, ex magistrado de la Audiencia Nacional ha sido elegido para liderar el equipo jurídico que llevará la defensa del Sr. Assange, considerado por unos un “valiente” que se ha atrevido a desafiar al gobierno más poderoso del mundo, mientras que para otros es un simple delincuente que tendría que pagar por sus delitos tanto informáticos como sexuales.

Como siempre nos encontramos ante una encrucijada. ¿Ángel o Demonio? La opinión pública está claramente dividida mientras que aún no sabemos el desenlace de este conflicto internacional.  Es cierto que el protagonista de esta historia debería ser enviado a Suecia para que se le juzgue por los presuntos delitos que ha cometido pero siempre y cuando se asegure que será sometido a un proceso con todas las garantías judiciales y  protegido de la justicia militar estadounidense como declaraba su abogado Baltasar Garzón hace menos de una semana.

María José Ruiz García y Cristina Abascal Ruiz.